lunes, 24 de noviembre de 2008

LA NEUROCIENCIA

Por: Danjeil

Nos dice que el cerebro puede cambiar prácticamente a cualquier edad. Tenemos unos circuitos cerebrales, una química que nos condiciona, pero podemos transformarnos. Es decir, de un cerebro predispuesto a la inseguridad, puedo pasar a un cerebro predispuesto a la confianza, al optimismo.

Podemos cambiar, se trata de construir nuevos circuitos usando el neocórtex de manera que varíen también los neuropéptidos y otras sustancias neurotransmisoras. Podemos hacer esto voluntariamente, tenemos que aprender a hacer algo nuevo cada día, a reaccionar de manera original.

Eso es usar el neocórtex, la parte del cerebro creadora. Si mantenemos esos cambios conductuales durante un tiempo mínimo, se transformarán también las sustancias químicas que produce el cerebro ante una situación determinada.

Actuar de otra manera y aprender de ello. Así es como cambia el cerebro, pero tenemos que tener en cuenta que este proceso de cambio producirá incomodidad; por eso, solemos evitarlo. Evitamos mejorar sólo porque el proceso de cambio es un poco incómodo.

Somos criaturas de neurohábitos. En el momento en que cambiamos nuestra rutina, se produce una interrupción en la química cerebral, un periodo intermedio en el cual no hay sensación. Eso lo asociamos con el miedo y es cuando decimos que preferimos quedarnos como estamos aunque no nos guste.

Así que si toleramos ese periodo intermedio, podremos llegar muy lejos. El genio es alguien que se siente cómodo en la incertidumbre. En medio de esa corriente hay que seguir un poco más porque eso te puede cambiar la identidad.

Podemos entrenarnos para ser como deseamos ser, llevar a cabo un entrenamiento mental de las nuevas habilidades que queremos adquirir; eso hará la discontinuidad del cambio más familiar.

Te levantas por la mañana cansado y piensas que será otro día en el que te sentirás agotado. Pero, pese a todo, mientras te preparas para la jornada, puedes preguntarte cuál es tu ideal para hoy. Las imágenes que te vengan a la mente son tu material de entrenamiento. Repásalas mentalmente, siente las sensaciones de cumplir con tu ideal, familiarízate con ello. Luego, durante el día, cuando tengas la oportunidad de actuar de una forma parecida a la ensayada, tu cerebro lo hará porque es algo que le resultará familiar.

Todo esto se lo recomiendo a mis hijos. Cuando alguno me cuenta un problema, siempre le pregunto cómo podrías actuar de forma diferente mañana. Es importante que analicen la situación, aparquen la emoción unos instantes y decidan cómo actuar de entre muchas posibilidades. Les entreno para la neuroplasticidad. Así aprenden a crear su realidad.

A veces los niños no parecen interesados en aprender. Hay que enseñarles también con el ejemplo porque están genéticamente preparados para aprender así. Los niños tienen enormes cantidades de «neuronas espejo» que les permiten modelar su propio cerebro a partir de la observación de la conducta de los demás. Si ven a sus padres quejarse todo el tiempo, hacerse las víctimas, su cerebro copia esos circuitos. De ahí que el ejemplo sea la enseñanza esencial.

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jueves, 6 de noviembre de 2008

Seis protocolos de nuestras vidas

Por : danjeil


Primero: Abrirte al cambio:

Vivir con una mentalidad de apertura a muchas posibilidades que nos ofrece la vida. Un cambio que nos permita demoler todas nuestras viejas situaciones de limitación. Hemos aprendido desde la infancia una cantidad de conceptos negativos y nos hemos regido por ellos, permitiéndonos cancelar vivir nuevas oportunidades. Nos hemos llenado de sentimientos de culpa, limitación y obstáculos que no nos dejan avanzar de la manera como queremos. Desde pequeños nos hemos dejado influenciar por los estímulos del medio externo, permitiéndonos llevar una vida de frustraciones y echándole la culpa hasta a nuestros propios padres y demás seres que nos ayudaron en nuestra formación. Creemos que los demás son nuestros verdugos y no entendemos que han estado ahí para enseñarnos, han sido nuestros maestros.

Segundo paso: Reflexionando:

Interpretemos nuestro lazo que existe con el universo. Existimos como seres humanos conectados con el Universo. Apreciemos nuestro cuerpo humano e interpretemos nuestro entorno. Absorbámonos en lo que hacemos, sintamos nuestro cuerpo a través de lo que hacemos, seamos nosotros mismos de una manera más conciente. Miremos la conexión que tenemos y la que parte de nuestro ser hacia los demás. Nuestras relaciones conmigo mismo, ¿cómo me trato y cómo trato a los demás?. ¿Cómo observo lo que me rodea, admiro el universo con todo lo que es? Soy parte de este planeta y por tanto debo responsabilizarme de mí mismo, de los demás y de mi entorno. Evaluemos cada día las interpretaciones que hacemos y cambiemos nuestros paradigmas.

Tercer paso: Una mirada a las sincronías:

Todos estamos conectados y no existen las casualidades. Estamos conectados en la retícula de luz y del electromagnetismo. Todos somos el resultado de lo que pensamos. ¿Cuántas veces atribuimos a coincidencias lo que nos sucede? Alguna mañana pensamos que necesitamos algún material para un trabajo que necesitamos, lo buscamos, no encontramos, más tarde cualquier persona nos habla o entrega esta información; esa persona ha sido sólo un instrumento del universo para darte lo que necesitabas y creemos que es una coincidencia. Abramos los ojos a este tipo de coincidencias y nos daremos cuenta que el Universo nos da todo lo que necesitamos porque estamos conectamos con él. Somos Uno. Cambiemos nuestra forma de pensar y tendremos un mundo lleno de posibilidades. Todo está en el presente, cuando tu mente se dispone para algo posible y puedes imaginarlo, en ese instante entra el Universo en sincronía contigo.

Cuarto paso: Llevemos la creatividad a la acción:

Pensamos que podemos hacer muchas cosas pero no las realizamos, porque está el temor, el qué dirán, está el miedo y entonces es mejor quedarnos cómodos sin luchar por lo que queremos. No importa lo que sea: bailar, cantar, pintar, lo importante es estar abierto a lo que queremos realizar y ponerlo en práctica. Actuar es lo importante y ¡ya! No dejemos para mañana nuestros pensamientos, así sea una meta que tenga varios pasos, hay que empezar ¡ya! Para cualquier acción es necesaria la planificación, el orden y la ejecución instantánea de los pensamientos. Transformemos nuestros pensamientos en acciones. ¿Cuántas veces nos damos cuenta que iniciamos algo y lo dejamos en mitad del camino?

Quinto paso: No desenfocarnos:

Cuando tengamos en mente qué necesitamos y cuáles son nuestros pasos a seguir, no podemos perder de vista ni permitir que otros eventos nos dejen olvidar nuestra meta principal. Si prometes realizar algo, no importa el temor, ni el miedo, hay que realizar así sea que cometamos errores, es una experiencia que estamos viviendo y mediante la cual estamos aprendiendo. No permitas que tú seas el primer obstáculo en lo que te propones. Todos somos obra de lo que hacemos. Hay que persistir.

Sexto paso: Hecha una mirada al principio:

Una vez lograda tu meta o tus propósitos revisa desde el principio cómo lo hiciste, qué márgenes de error o éxito lograste, es una mirada con la intención de concientizarnos y descubrir si lo que hicimos estuvo bien o si tenemos que mejorar: lo positivo apreciarlo y de lo negativo, entender cómo podemos mejorar en otra oportunidad y aceptar sobre todo nuestros errores. ¡Somos humanos!


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jueves, 30 de octubre de 2008

¿Delgada línea entre el amor y el odio?

Por Danjeil

Controles cerebrales en personas demostraron que las imágenes de los individuos que odiaban revelaban un patrón de actividad cerebral que se producía en parte en áreas también activadas por el amor romántico, dijeron el miércoles Semir Zeki y John Paul Romaya, del University College de Londres.

"Este vínculo explicaría por qué el amor y el odio están tan íntimamente relacionados uno con otro en la vida", señalaron los investigadores en la revista PLoS One.

"Nuestros resultados muestran que hay un patrón único de actividad en el cerebro en el contexto del odio", agregaron.

En su estudio, los expertos mostraron a 17 hombres y mujeres fotografías de algunas personas que los voluntarios decían odiar, junto con las de tres rostros familiares y neutrales.
Los individuos odiados eran ex parejas o rivales laborales, excepto en un caso en el que se trataba de un político famoso.

Los controles cerebrales identificaron un patrón de actividad en diferentes zonas del cerebro que los investigadores llamaron "circuito del odio", que se activaba cuando las personas veían las fotos de quienes despreciaban.

El denominado circuito del odio incluye estructuras en la corteza y la subcorteza cerebral y representó un patrón distinto al de emociones como el temor, el miedo y el enojo, manifestó Zeki en una entrevista telefónica.
Una parte del cerebro que se activó fue una zona considerada crucial a la hora de predecir las acciones de otras personas, algo que resultaría clave cuando se confronta con alguien odiado, indicaron los expertos.

También se produjo actividad cerebral en el putamen y la ínsula, dos áreas que se activan cuando las personas observaban los rostros de una persona amada. Los científicos han relacionado las regiones con la acción agresiva y las situaciones angustiantes, explicó Zeki.

Pero hubo, a la vez, diferencias importantes. Una mayor parte de la corteza cerebral, una zona relacionada con el juicio y el razonamiento, se desactiva con el amor, en comparación con el odio.

Aunque ambas emociones son pasiones muy demandantes, sucedería que las personas enamoradas suelen ser menos críticas y juiciosas con sus parejas pero necesitan mantener su atención cuando lidian con un rival odiado, explicaron los autores.

"Es más probable que en el contexto del odio, quien lo siente quiera ejercitar el juicio a la hora de calcular los movimientos para (causar) daño", señaló Zeki en un comunicado.

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jueves, 9 de octubre de 2008

Pensando de la manera correcta

Por Danjeil

"No es suficiente el poseer una buena mente, lo principal es saber usarla bien" Rene Descartes

No es suficiente tener un deseo borroso de lo que anhelas, debes formar una imagen clara y definida de lo que quieres hacer, tener o ser.

No basta con desear viajar más, ver más o vivir más. Todos tienen esos deseos. Si vas a mandar un mensaje a un amigo, no le enviarías las letras del alfabeto para que él descifre o construya el mensaje, ni tampoco le harías llegar palabras del diccionario al azar. Tú le envías un mensaje coherente que signifique algo específico.

Cuando quieras imprimir tus deseos en la mente, debe ser por medio de una afirmación clara. Debes saber lo que quieres y ser específico. Nunca vas a triunfar o a echar a andar el poder creativo de tu mente mandando mensajes vagos o imprecisos.

Determina exactamente lo que quieres y mantén esta imagen en tu mente constantemente. Así como el marinero tiene la visión del puerto hacia donde va, también tú debes tener la mirada enfocada en tu meta todo el tiempo, sin permitir que las distracciones o las dudas te hagan apartar tus ojos de ella.

No es necesario realizar complejos ejercicios de concentración, establecer horarios rígidos para afirmaciones, "retirarse al silencio", o cosas por el estilo. Y no es que lo anterior esté mal, sino que todo lo que necesitas es saber qué quieres y desearlo lo suficiente como para que se fije en tu pensamiento.

Observa constantemente esta imagen de tus sueños y metas. Nadie necesita esforzarse para concentrar su mente en algo que realmente quiere. Son las cosas que realmente no nos interesan en las que nos es difícil mantener centrada nuestra atención.

Entre más clara y definida sea tu imagen, y más pienses en ella, enfocándote en todos sus detalles, más fuerte será tu deseo. Y mientras más fuerte sea tu deseo, más fácil podrás tenerlo en tu mente. Esto te ayudará a romper la inercia, superar la pereza mental y la comodidad, y comenzar a trabajar rápidamente en tus planes.

Pero se necesita algo más que simplemente poder ver la imagen con claridad. Si eso es todo lo que haces serás un iluso que sólo se dedica a pensar en fantasías y tendrás poco o ningún poder para lograr lo que quieres. Detrás de tu imagen clara debe encontrarse el propósito y la convicción de realizarla, de convertirla en una expresión tangible. Debe existir una fe invencible e inquebrantable en que lo que deseas ya es tuyo, que está a tu alcance y que sólo necesitas tomar posesión de ello. Es ver tu sueño como si ya fuese una realidad.

Vive en tu nueva casa mentalmente hasta que tome forma físicamente y sea una realidad. Disfruta en tu mente de las cosas que quieres. Celebra por anticipado tu éxito. La Biblia dice: "Cualquier cosa que pidas con fe, si crees que la vas a recibir, la tendrás".

Observa las cosas que quieres como si estuvieran a tu alrededor. Visualízate teniéndolas y usándolas. Haz uso de ellas en tu imaginación, igual que como las vas a usar cuando sean tuyas. Sumérgete en tu imagen mental hasta que la puedas ver con total claridad tan solo con cerrar los ojos, y después toma posesión de ese sueño. Reclámalo como tuyo. Asúmelo en tu mente, con la completa fe de que es tuyo. Entrégate a esta posesión mental. No dudes ni por un instante que es real.

Vive en la casa nueva, ayuda a las causas benéficas en las cuales crees, maneja el auto que deseas, observa a tus hijos recibiendo la educación que merecen, viaja a donde siempre has querido viajar. Haz todo esto en tu mente, y con confianza planea más cosas. Piensa y habla de todo aquello que has pedido como si fuera tuyo. Imagina un ambiente y una condición financiera exactamente como la quieres, y vive todo el tiempo en ese entorno mental y en esa condición financiera hasta que se convierta en realidad. No realices este ejercicio como quien construye castillos en el aire. Abraza la fe de que lo que imaginas se está realizando y el mantente firme en el propósito de que se va a realizar. Recuerda que es fe y propósito en el uso de lo que has visualizado lo que establece la diferencia entre el soñador con intención y el iluso.

Tu parte es formular inteligentemente tu deseo por aquellas cosas que hacen una vida más completa, y después imprimir todo este deseo en tu mente. Tu fe y tu voluntad para trabajar por dicha meta se encargarán del resto. "Cree y recibirás".

Sin embargo, la respuesta a lo que buscas no es de acuerdo a tu fe mientras hablas, sino de acuerdo a tu fe mientras actúas. No puedes magnetizar un pensamiento hablando de él de vez en cuando y después olvidándote del asunto por una semana. De nada sirve lo que pienses, proyectes y planees si no está acompañado por el propósito y la determinación de actuar.

miércoles, 8 de octubre de 2008

EL PODER DE LA MENTE

Por: Danjeil

Cuando cerramos los ojos, tratando de visualizar cualquier cosa, descubrimos que en esa gran pantalla de la mente subconsciente podemos proyectar cualquier película mental que elijamos.

Podemos proyectar una imagen donde nos veamos en posesión de algo que deseamos obtener; podemos ensayar una presentación que debamos realizar ante un cliente al día siguiente; podemos practicar una acción que estamos a punto de ejecutar; o podemos realizar una representación mental de la vida que deseamos vivir.

Sin importar para qué decidas utilizar el poder creativo de la visualización, debes tener presente que las imágenes mentales que consistentemente mantengas en tu subconsciente buscarán manifestarse en las circunstancias y condiciones de tu mundo exterior.

Las acciones y ocurrencias externas suelen seguir las acciones y ocurrencias internas.
Jack Nicklaus, uno de los mejores golfistas de todos los tiempos, contaba que incluso antes de elegir el palo con que golpearía la pelota, practicaba cada golpe mentalmente por lo menos cinco veces. Lo visualizaba tal y como esperaba que sucediera.

Michael Jordán describía como milésimas de segundo antes de alistarse a hacer un lanzamiento, corría en su película mental la imagen del balón entrando en la cesta sin siquiera tocar el aro. Esto seguramente contribuyó en gran medida a que tuviera los porcentajes más elevados de efectividad desde cualquier parte de la cancha.

Se dice que Miguel Ángel, el gran pintor y escultor renacentista, fue capaz de visualizar al David en su totalidad, antes de utilizar su cincel por primera vez en aquel gigantesco bloque de mármol que se encontraba frente a él.

¿Qué tan importante es este poder? Albert Einstein aseguraba que la imaginación era más importante que el conocimiento. De hecho, refiriéndose a su propia vida profesional, decía: "muchas de las ideas que vinieron a mí y contribuyeron a mi formación científica, llegaron mientras me encontraba absorto en un mundo de imaginación y fantasía, no mientras utilizaba mi intelecto en la solución de algún problemas".

Entonces, ¿qué tal si de ahora en adelante comienzas a hacer lo mismo antes de entrar a tu próxima entrevista de trabajo, antes de hablar con tu siguiente cliente o antes de participar en tu próxima competencia o empezar tu siguiente dieta? ¿Qué tal si comienzas por practicar tu éxito mentalmente en lugar de sabotear tus posibilidades de triunfar, practicando tu fracaso?
Zig Ziglar cuenta cómo, en sus épocas de vendedor, antes de visitar a un cliente, tomaba unos minutos para rodar toda la película de la realización de su venta. Se veía saludando al cliente y realizando su presentación. Veía a su cliente respondiendo con mucho entusiasmo a su propuesta y terminaba con una imagen del cliente agradeciéndole por el producto. En sus ensayos mentales siempre fue capaz de realizar la venta, nunca falló. En la realidad no ocurrió exactamente lo mismo, pero este ensayo mental definitivamente le ayudó a ser mucho más efectivo y a llegar donde sus clientes potenciales con una actitud distinta y unas expectativas diferentes, y esto es lo verdaderamente importante.